jueves, 20 de diciembre de 2007

Historias de un Loser I

Creo que lo mejor sería ambientarlos, antes de empezar con la historia. Actualmente estoy en proceso de cambiar de trabajo, por lo cuál la empresa decidió enviarme al Ministerio de Trabajo para resolver el tema de la liquidación.

Mi día comenzo tempranito, me levanté a eso de las 7 a.m., no quería llegar tampoco muy temprano (error de mi parte). Di comienzo a mi rutina mañanera, fui al baño, me lave los dientes, me peine, me vestí, toda la rutina típica, con la excepción que no prepare el mate, debido no solo a la espera sino al miedo de que por el baño perdiera mi lugar en la fila. Una vez pronto, auriculares, música a full y salí para el ministerio.

Luego de unos minutos en la parada, casi desierta, y luego de dejar pasar un par de ómnibus debido a la superpoblación con la que venían, llego uno casi vacío, como dice el refrán "buenas cosas llegan a los que saben esperar" jeje.
Luego de un poquito más de media hora de viaje a eso de los 8 a.m, estaba llegando a mi destino. Si bien tenía la dirección y sabía que el ómnibus me dejaba a escasos metros del lugar de destino, aún estaba un poco desorientado acerca de la ubicación exacta del Ministerio. Pero como siempre la suerte se encarga de ayudarme, no demoré demasiado en ubicar el lugar exacto, debido a la cola de gente que salía de un edificio la cuál llegaba hasta la esquina.

Y bueno...una vez asumida la realidad de que iba a tener que esperar un largo rato, me acomode tranquilo al final de la cola. Con el pasar de los minutos comenzó a llegar gente, y en pocos minutos la cola ya había crecido casi al doble. Fue durante estos minutos que comencé a reírme solo y comprendí que quizás no esté sólo en esto de la mala suerte, ya que varias personas las cuales, muy insulsamente debo decir, comenzaron a llegar a eso de las 8:30, hora en la cuál el Ministerio de Trabajo recién abre sus puertas, se chocaron con la misma realidad a la cuál me había enfrentado yo minutos antes. "La p.. madre, voy a tener que hacer la cola".
A esto hay que agregar que debido a que los funcionarios del Ministerio están en conflicto, no están trabajando en régimen normal, sino que atienden a un aproximado de 30 personas en 3 turnos durante el correr del día.

A las 8:30 en punto, se abrieron las puertas, lo cuál marco el comienzo de mi travesía, mi viaje a un mundo bizarro, viaje donde descubrí límites míos que no conocía.
Al abrirse las puertas, la gente comienza su viaje hacia el interior del ministerio, en busca de esa pequeña cantidad de números, que determinan esas 30 agraciadas personas que serán atendidas en el correr de la mañana y quienes serán los perdedores que tendrán que seguir esperando, parados, tres horas con treinta minutos más.
Al moverse la cola, comienzan las ilusiones, y la cabeza se llena de preguntas, seguirán atendiendo solo a 30 personas?, me tocará un número ahora?, tendré que esperar hasta el mediodía para la siguiente tanda de números?, a medida que la fila avanzaba más cerca veía el mostrador, y también más cerca veía el reloj y contaba la cantidad de vueltas que deberían dar las agujas si me quedaba sin número.
El encargado entregaba los números, la gente los tomaba y se sentaban aliviados, el mostrador cada vez más cerca mío, casi sentía el frío de la madera debido a que nadie se había apoyado en él, miro el reloj 8:35 a.m, el mostrador a 5 personas delante mio, mi momento estaba por llegar.

Me gustaría decirles que llegué a que me dieran número, me gustaría decirles que los números se acabaron una vez que yo obtuve el mío, y que son sólo ideas mías esto de mi mala suerte, me gustaría decirles todo eso, pero si lo hiciera sería mentira, porque la verdad es que los números si se terminaron antes de que fuera mi turno, porqué si tuve que quedarme parado hasta el mediodía, porque como bien les dice el título soy un loser.

Que momento cuando el bigotudo (para mi ex-milico) levanta los brazos en señal de que no hay más números, todas esas ilusiones destruidas, toda la alegría tirada a la basura, señoras mayores puteando, ancianos revoloteando el bastón, ayy que momento.
Prosigamos, había llegado el momento de tomar una decisión, o me daba media vuelta y me volvía para mi casa (como había hecho el día anterior), o me decidía a terminar el trámite ese mismo día (suspiro, que insulso de mi parte) y me quedaba paradito al firme cuál si fuera un blandengue protegiendo... lo que sea que protegen, y esperaba hasta el mediodía hora en la cuál volvería ese señor a dar números.

Luego de ese momento, en el cuál anuncian que no quedan más números, la cola permaneció inmóvil, nadie quería arriesgarse a perder el lugar. Mi posición era de las más privilegiadas ya que me encontraba cerca del mostrador, por lo cuál era imposible que no me tocara un número en esa segunda tanda, y además debido a que quede paradito al lado de una columna, la cuál me permitía recostarme para estar aunque sea un poco más cómodo. Pero como siempre, la suerte se encargó de que eso no durará mucho, al cabo de unos minutos, la frustración por parte de algunos fue tanta que aquellos que se encontraban delante mio comenzarón a abandonar su preciada posición, aunque carente de columna para recostarse. Esto llevo a que quedará segundo en la fila, pero debido a mi comodidad aún no estaba listo perder mi tan preciado apoyo, esa hermosa gran columna. Al cabo de unos minutos los ancianos, en especial un viejo rompe bolas, no soporto esa brecha que quedaba en la fila, comenzó a inquietarme para que me adelantará con la excusa de que si no lo hacía la gente se iba a colar, pero yo no iba a permitir ni que se colaran, ni que ese anciano con esa tonta excusa me privara de mi querida columna, pudo engañar al resto con esa excusa pero no iba a dejar que me engañara a mi, yo veía sus intenciones, y luego de unos minutos de cálculos lo comprobé, el anciano estaba detrás de mi columna.

Luego de analizar la situación en mi mente, comprobé que el anciano estaba detrás de la columna, me tomó un tiempo, ya que si bien la cantidad de personas que nos separaban no eran las necesarias para que él quedara frente a la columna se compensaban debido a "la gorda" que estaba en el medio. Ante este enfrentamiento se me planteaban dos opciones, o me movía y entregaba mi columna sin dar pelea o trataba de enfrentarlo. Si bien mis chances eran nulas, debido a la simpatía que generaba el anciano, lo cuál le ayudo en su búsqueda de aliados, intenté oponérmele...sin apoyo alguno, creo que mi cara de culo debido a la cruda realidad de la espera no me ayudó.
Igual no descarto la hipótesis de un complot en mi contra, con el afán de apoderarse de mi columna.

Al cabo de minutos de resistencia, el anciano con sus tropas invadieron mi territorio, y empezaron a mover la fila hacia adelante, este atropello llevó a un adelantamiento de mis planes, y me vi obligado a reposicionarme y ubicarme segundo en la fila, pero ya sin mi preciada columna. Al cabo de unos minutos la espera se empezó a hacer inhumana, eran las 9:15 a.m, y ya no soportaba ni un minuto más, el calor, el cuchicheo constante me estaban volviendo loco, en ese momento estuve a punto de tirar la toalla, pero desde mi interior una fuerza renovada me hizo entrar en razón, fue eso o la canción que estaba escuchando me alegró por un momento.

Así pasaban los minutos, créanme porque yo los contaba, mis ojos seguían el segundero del reloj de pared incansablemente. Hasta que al rato un rayo de esperanza se poso sobre el mostrador, una ingenua pero amable abogada se acerco al mostrador y comenzó a llamar por número, al cabo de unos segundos cuando ya había nombrado más de 10 números sin respuesta, una de sus compañeras le comunica que no habían dado más números, que ya se había atendido a todos aquellos que habían recibido número. Ante esto este ángel enviado por dios, llama a la persona delante mio en la fila. Esto fue como una chispa que encendió una fogata, la gente parecía que respiraba de nuevo, el corazón volvía a latir, ese viejo de m.... se incorporó saliendo de la columna, mis ojitos brillaban ante la esperanza de que en segundos me podían llamar a mi, la sonrisa había vuelto a visitar mi rostro, al rato salió otra ingenua abogada y se enfrentó a la misma situación a la que se había enfrentado su colega segundos atrás. Yo ya estaba pronto, había apagado el mp3, había estructurado en mi mente lo que quería preguntarle, estaba ansioso como un niño en noche buena, la abogada me miró, miro la cola de gente, ella tan angelical, solo logró decir las siguientes palabras: "y ahora que hago, llamo sin número?", no les puedo explicar la alegría que sentía por dentro, mi turno había llegado, por fin me iban a llamar, ahorrándome el sufrimiento de seguir esperando, cuando me aprontaba a decirle "paso?", otra abogada que se acerca a ella, esta abogada no era tan ingenua, era una hija de puta, resulta que la había escuchado y se acercó para decirle que no llamara más gente, que ahora hasta el mediodía ellos no debían atender a nadie más. Ustedes se dan cuenta de mi suerte no, que hija de puta esa abogada, me mato cuál mata un pájaro en pleno vuelo.

Continuemos...

Otra vez como había ocurrido horas atrás me vi forzado a esperar contra mi voluntad. Y la señora suerte, como siempre, quiso acompañarme, esta vez mando un señor para que se pusiera a instalar un artefacto electrónico sobre el mostrador en el cuál me encontraba esperando. Por lo que ahora, no sólo debía soportar el constante cuchicheo de las señoras, sino también a una muchacha que se había puesto a hablar por teléfono atrás mio y al querido señor que se puso a taladrar sobre mi cabeza.
Una vez más me encontraba ahí, parado en la cola, hombros caídos, mirada cabizbaja, malhumor, muerto de calor, y el reloj que parecía no querer llegar a las 12. El querido señor reparador, que hacía lo imposible para que no me sintiera a gusto, taladrando, había llenado el lugar con olor a pegamento, constantemente haciéndome mover de un lado para el otro. Hasta que por fin, luego de 4 horas de espera llego mi momento, a lo lejos veo venir a ese señor, ese señor que podía poner fin a mi sufrimiento, lentamente se acercaba en dirección al mostrador, por un segundo dude y mi cabeza se elevo en busca de ese reloj, y ahí estaban las agujitas marcaban las 12, era ahora o nunca. Al cabo de unos segundos, el individuo se para frente a mi, y dice "números", la espera había terminado, tome el primer número y me dirigí al primer banco libre que vi. Ahh que placer, luego de tanto esperar, ya tenía mi número, ya podía descansar aunque sea por unos minutos hasta que me llamarán.

Los segundo corrían y con ellos mi sueño incrementaba, estaba por dormirme cuando llego mi turno, se aproxima un muchacho desde una puerta y grita número, me paré con los restos de energía que me quedaban, le entrego el número y me hace pasar. Nos dirigimos a una oficina, nos sentamos, el me mira y me dice con voz servicial, "dime tus consultas", ahí le explique mi situación y le pedí que verificara la liquidación que me había hecho la empresa. El muchacho tomó la calculadora y empezó a hacer cuentas, al cabo de un minuto resulta que la liquidación estaba mal, no lo podía creer, toda esa espera al pedo, tanto tiempo perdido sólo para tener que volver otra vez, no ligo una que lo parió...

Luego de unos minutos de calentura, en plena calle, tome el celular y llame a mi ex-empresa, les conté lo que pasaba y lo van a solucionar. Ahora sólo me queda volver a esperar hasta que tenga que volver otra vez, otro día a ese Ministerio. Por suerte el abogado me dio su nombre para que no tenga que volver a hacer la cola, jeje por fin alguna tenía que ligar.

Saludos.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Mirando a través del vidrio...

No hay nada peor que ver sufrir a alguien que uno quiere y no poder ayudarlo, más allá de poder estar ahi acompañando en silencio, porque por más que quieras hacer algo la situación te desborda y sólo podes quedarte ahi compañando y esperando que todo cambie.
Desde hace un tiempo alguien que conozco vive esa situación, afortunadamente las cosas estan repuntando, y se que en poco tiempo todo va a cambiar y va a mejorar.
Escuchando un poco de música, encontre este tema y me hizo acordar a vos..







Letra:

Oh look at how she listens
She says nothing of what she thinks
She just goes stumbling through her memories
Staring out onto Grey Street
She thinks, "Hey, how did I come to this?
I dream myself a thousand times around the world
But I can't get out of this place"

There's an emptiness inside her
And she'd do anything to fill it in
But all the colours mix together--to grey
And it breaks her heart

How she wishes it was different
She prays to God most every night
And though she swears He doesn't listen
There's still a hope in her He might
She says, "I pray oh, but they fall on deaf ears,
Am I supposed to take it on myself?
To get out of this place?”

There's a loneliness inside her
And she'd do anything to fill it in
And though it's red blood bleeding from her now
It feels like cold blue ice in her heart
When all the colours mix together--to grey
And it breaks her heart

There's a stranger speaks outside her door
Says, “take what you can from your dreams
Make them as real as anything
Oh, it’d take the work out of the courage”
But she says, "please
There's a crazy man that's creeping outside my door
I live on the corner of Grey Street
And the end of the world"

There's an emptiness inside her
And she'd do anything to fill it in
And though it's red blood bleeding from her now
It's more like cold blue ice in her heart
She feels like kicking out all the windows
And setting fire to this life
She could change everything about her
Using colors bold and bright
But all the colours mix together--to grey
And it breaks her heart
It breaks her heart
To grey


Y por aca te dejo un videito grabado en vivo



Por un futuro mejor.
Saludos analista